El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Luis Alberto Moreno, dejo sentado que la institución a la cual representa proyecta un crecimiento para América Latina del 3,5% como un reflejo de la crisis mundial, y del 4,2% para 2013.
Las principales justificaciones que anteceden a estos pronósticos poco alentadores, radican en las causales del crecimiento latinoamericano; es decir, la exportación de materias primas y una fuerte demanda interna, que producto de la desaceleración de economías como China dentro de los principales mercados de materias primas, presentan importantes reducciones en el sector primario de las economías latinas.
En este contexto, los países de la región deben prever el asegurar el crecimiento sustentable con estabilidad de precios, y evitar el exceso de remesas que ocasiones presiones en el tipo de cambio, y evitar que los capitales y sus monedas ganen valor frente al dólar americano.
La evolución económica y financiera a escala global se encuentra fuertemente marcada por las tensiones registradas en los mercados financieras y en las agencias calificadoras de riesgo, y la sostenibilidad del Euro frente a la crisis de Grecia y España principalmente; este escenario, tan poco alentador, da cuenta de que América Latina empezara a sentir con mayor fuerza las consecuencias de la desaceleración económica mundial en función del grado de relación con el resto de economías y la estructura de sus cuentas nacionales y de balanza de pagos.
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