viernes, 24 de agosto de 2012

Y el debate continua, IVME



A días del tratamiento de la Ley de Modificaciones al Presupuesto General del Estado, el debate parece centrarse en el Impuesto a la Venta en Moneda Extranjera, más que en el propósito en si de este proyecto de norma.

Si bien queda claro los propósitos de este nuevo tributo, expuesto en la pasada entrada, aun queda presente sus implicancias en los mercados paralelos de la divisa norteamericana, que en muchas economías puede ser considerado como un daño colateral. Por ejemplo, en inmediaciones de ciudades que sirven de conexión las casas de cambio ofertan tipos de cambio entre compra y venta entre 6,90 y 6,93 respectivamente, es así que este nuevo impuesto ampliara la brecha cambiaría paralela.

Lo cual ocasionara que los importadores de las zonas francas en los países limítrofes, en especial aquellos que mueven cantidades entre USD5.000.- y USD20.000.- , vean que comprar dólares les cuesta  entre Bs50 y Bs200 más por punto incremental en el tipo de cambio de venta (que aplican las casa de cambio dentro del margen 6,86 y 6,96). Si bien esta cantidad no es significativa individualmente, tiene un costo mayor si sumamos a todos los importadores.

Por otro lado, los grandes importadores que trabajan directamente por la banca y compran dólares a 6,96 y los venden a 6,86, prácticamente no verán cambios en sus procesos transaccionales diarios.

Todo esto, parece mostrarnos un escenario en el cual aquellos que no se verán afectados resultan ser los que mayores disconformidades exponen a la prensa, mientras los pequeños  y medianos comerciantes no expresan su descontento en publico.

Esperemos que el debate tome su verdadero curso y se evalúen las bondades recaudatorias de este impuesto, y que las casas de cambio sean capaces de mitigar y absorber la alícuota del 0,07%.   



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