Regulación Financiera

El martes 8 de agosto la Cooperativa de Ahorro y Crédito San Luis Ltda., radicada en Santa Cruz, se declaró en quiebra por malos manejos económicos, pero con un plan de salvataje que sería presentado a la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero - ASFI; pero días posteriores se aclararía que esta Cooperativa funcionó por más de 32 años sin ninguna licencia de funcionamiento otorgada por el ente regulador.

Si bien el impacto de los precitados acontecimientos son marginales al interior del Sistema financiero, no desmerece una revisión de la amplitud de acción del Sistema de Regulación Financiera y su capacidad de respuesta frente a tales acontecimientos, en vista de que el marco normativo y regulatorio (cuerpo de normas, códigos, instrumentos de auditoría y control) constituye un componente esencial para un mejor desarrollo del sistema financiero.

La regulación financiera es de capital importancia debido a su influencia tanto en la conducta de los gestores de los bancos como en las características específicas del sector bancario. La legislación actual tiene en cuenta problemas más complejos, ya que el conjunto de instrumentos que deben utilizar es más abundante, a fin de garantizar la seguridad y solidez del sistema.

Resulta importante abordar la regulación bancaria desde tres perspectivas: su justificación, su alcance y los instrumentos empleados. Primeramente la justificación de la regulación se encuentra relacionada con los mismos fallos del mercado (poder de mercado, importancia de externalidades e información asimétrica). en segundo lugar el alcance de la regulación de la banca debe buscar principios eminentemente normativos, en vez del enfoque positivo; es decir, analizar las consecuencias de una determinada norma o proyecto de norma, muchas veces los objetivos esperados distan mucho de los que realmente se buscaban y finalmente los instrumentos reguladores relacionados con la seguridad y la solidez (tasa de intereses, restricciones a la cartera, coeficiente de capital, etc.).

En este contexto, merece especial atención que la ASFI, como ente regulador reconozca el papel capital que tiene dentro de la economía y que no deje ningún cabo suelto por insignificante que parezca.

Marcelo Laura